El Cristal Templado es aproximadamente 4 veces más resistente que el cristal común del mismo tipo y espesor. En caso de quebrarse se fracciona en pequeños pedazos no cortantes que no causan riegos, lo cual lo transforma en una segura y excelente solución para espacios que así lo requieran.

El proceso de templado consiste en exponer el cristal a una temperatura que oscila alrededor de los 650ºC y luego someterlo a un brusco enfriamiento entregándole al cristal excelentes propiedades de resistencia y tolerancia a los golpes.